El caso alcista de Google, versión 2.0

Era marzo de 2024, y el mercado ya había abrazado a los otros miembros del Mag 7 como los únicos protagonistas del rally tecnológico. Google seguía en la cuneta, vilipendiada por sus propios errores, cuestionada por los medios y olvidada por muchos inversores. Era el momento de defender con firmeza y argumentos, que Alphabet sería el activo de riesgo más bajo y más desalineado del mercado. Hoy, junio de 2025, podemos sostener lo mismo. No porque nada haya cambiado, sino precisamente porque todo ha cambiado, pero el mercado aún no se ha enterado.

La caída narrativa

Recordemos el contexto. A principios de 2024, la narrativa dominante estaba clara: Google había perdido la carrera de la inteligencia artificial. Gemini llegó tarde y mal. La organización era percibida como lenta, burocrática, incapaz de ejecutar a la velocidad que marcaban OpenAI o Perplexity, y la cultura, según múltiples insiders, era demasiado “blanda” para competir con el hambre de los nuevos actores. Mientras tanto, Perplexity levantaba rondas a ritmo mensual y Sam Altman se convertía en la cara visible de la próxima revolución industrial. Para muchos analistas, Google estaba muerto, enterrado por su propia complacencia. Pero entonces volvió Sergey… Y todo cambió.

La reconstrucción (invisible) del imperio

Desde que Sergey Brin regresó a tiempo completo a trabajar en los laboratorios de IA, y con Jeff Dean y Demis Hassabis aún dentro de la casa, Google ha empezado a hacer lo que mejor sabe hacer: ejecutar en silencio.

La empresa ha dejado de improvisar y ha vuelto a su núcleo más potente: ciencia profunda, capital intensivo, y apuestas a largo plazo. Desde enero de 2025, con el anuncio de su chip cuántico, hasta los lanzamientos más recientes de modelos de frontera en texto, imagen, vídeo, biología y semiconductores, Google ha recuperado su edge. Pero lo ha hecho sin estridencias, sin prometer mundos imposibles, y sin renunciar a su esencia: una tecnología que respeta el legado de los blue links, pero que empieza a impresionar de verdad… a quien importa. No a los insiders de X, sino a tu madre, a tu médico, o al profesor de tus hijos. Esto no es humo… es adopción real.

¿Por qué volver a mirar a Google?

Puede que el mercado haya vuelto a castigar a Google por no ser el “ganador evidente” de la IA. Mientras NVIDIA y Meta tocan máximos, Alphabet vuelve a quedarse atrás y eso, para quienes aún analizamos activos con fundamentos y visión estructural, representa una oportunidad clara. Veamos por qué:

  • Modelos punteros: Google está lanzando modelos de vanguardia no solo en texto, sino también en imagen, vídeo, ciencia, biología y diseño de chips. Esto no es un juego de prompts, es un ecosistema de investigación aplicada con impacto transversal.

  • Disciplina financiera: Alphabet está recomprando acciones, pagando dividendos y financiando moonshots con responsabilidad. Waymo, por ejemplo, ya capta financiación externa. La empresa gasta, sí, pero solo cuando la tecnología demuestra valor real.

  • Ventaja infraestructural: nadie tiene una infraestructura más barata ni más escalable que Google. Su coste por usuario en IA es el más bajo del sector. En un entorno donde servir modelos será el nuevo margen operativo, esto es clave.

  • Datos incomparables: Google sigue sentado sobre el mayor tesoro de datos comportamentales del planeta. Desde YouTube hasta Gmail, pasando por Maps y Android. Ningún otro player del mercado tiene esta ventana sobre el resto.

  • El pastel real es el consumidor: mientras otros se obsesionan con vender a empresas, el mayor mercado (el consumidor final) sigue estando al alcance de quien pueda servirle barato, a escala y con valor. Google está perfectamente posicionado para ganar esa guerra.

  • Siguen dentro los verdaderos cerebros: Jeff Dean sigue, Demis también, y Sergey y Larry han regresado. Esto es más que simbólico: es un equipo fundador que ha decidido volver a pilotar la nave.

  • El Mag 7 sube sin Alphabet: cuando todos los demás corren y tú no, o sabes algo que los demás no saben… o es el momento perfecto para entrar.

El ruido es la oportunidad

El ruido vuelve a centrarse en la supuesta fragilidad del buscador. Que si Apple, que si ChatGPT, que si nuevos hábitos de navegación. La eterna profecía del “Google killer” reaparece cada ciclo, pero cada ciclo, Google sigue ahí, más fuerte, más diversificado y más rentable. Y sí, los riesgos existen, pero cuando cada analista, cada tertuliano y cada informe menciona el mismo riesgo, ese riesgo ya está más que descontado. Lo que no está descontado es que Google puede ser el único actor capaz de aunar adopción masiva, excelencia científica, datos únicos y músculo financiero… sin tener que cambiar de identidad.

Sal de la burbuja

En un mercado lleno de historias diseñadas para mover capitales, pocas veces se premia la paciencia, pero el que quiere construir, no especular, debería estar mirando todo esto con otra perspectiva. No al Google de los errores de 2023, sino al Google que se reconstruyó en 2024 y que está listo para volver a dominar en 2025. Solo que esta vez, sin necesidad de decirlo.

Puntos clave:

  • Google ya no es un rezagado en IA: está lanzando modelos de frontera en múltiples disciplinas con una estrategia de producto más madura y menos dependiente del hype.

  • Ventaja estructural única: datos propios, coste por usuario imbatible y liderazgo en infraestructura lo posicionan como el actor con más margen de maniobra en IA para consumidores.

  • La narrativa está desalineada con los fundamentales: mientras los inversores temen por Search, Google acumula talento, capital y tecnología sin reflejarlo aún en su cotización.

Este resumen lo ha creado una herramienta de IA basándose en el texto del artículo, y ha sido chequeado por un editor de PROGRAMMATIC SPAIN

 
El Insider

Publicista en activo. Lo ha visto todo desde dentro de una Big 6. Escribe lo que otros no pueden decir con nombre y apellido. Análisis serio, datos reales y cero humo.

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